El niño índigo

¿Qué es un niño índigo?

Días pasados atendí a una señora docente que me contaba:
– Tengo un niño con graves problemas de conducta y adaptación, pero según la madre y su terapeuta holístico, dicen que es un niño índigo.
Me quedé con la duda, usted me puede decir: ¿Qué es ser niño índigo?
Vamos por partes, primero definamos lo que es un centro de energía en nuestro cuerpo.
Nuestro cuerpo físico tiene vórtices energéticos; en Oriente los denominan chakras.
Son vórtices que giran en forma de ruedas.
Esta energía según su longitud de onda tiene relación con un color.
Estos vórtices no disponen de suficiente masa material para ser detectados por la vista.
Los niños índigos nacen con el sexto centro de energía o Chakra del entrecejo más desarrollado de lo normal. Este centro vibra en un color índigo, azul cobalto.
El niño índigo, el adolescente índigo o el adulto índigo, es consciente de realidades que están más allá de lo que ven nuestros ojos o tocan nuestras manos o perciben nuestros demás sentidos.
Es consciente de presencias angélicas, guías, elementales, de una relación con el mundo espiritual.
No tiene que ser entendido con connotaciones religiosas ni místicas: me refiero a ser consciente.
El niño índigo es uno de los precursores, uno de los maestros, uno de los sanadores que va a cambiar la realidad.
Los niños índigos se adaptan a la sociedad, porque vienen a cambiarla.
Hasta la semana que viene.
Paz y Bien

María Benetti Meiriño

Autora de libros y guía para meditación.

Mail: maria.benetti.meirino@gmail.com

Web: http://www.mariabenettimeirino.com

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El «ladrón» sufrimiento

¿Qué nos provoca sufrimiento?

Los problemas, las preocupaciones, los distintos factores de la vida…; puede ser por temas económicos, de relaciones, de salud, de perdidas afectivas, por duelos, …

El sufrimiento surge cuando te resistes al dolor; la mente crea el sufrimiento. Por un lado tienes el cuerpo en el momento presente y por otra tu mente viaja al pasado o al futuro.

Si te niegas a ver la realidad, tu realidad y no la aceptas, tú mismo estás creando el sufrimiento.

Tienes que discernir entre sufrimiento y dolor.

El dolor existe y tiene un sentido profundo para el alma y para la persona, “es aprendizaje”.

No busques alivio al sufrimiento, abre tu mente,

Mantén tu mente, tu pensamiento en el presente, en el aquí y ahora, libre de apegos emocionales, permanece con la conciencia en la vida cotidiana, tu pensamiento enfocado en la intención de gratitud por el don de la vida.

Ten presente que no hay peor sordo que el que no quiere oír.

Tú escoges como vivir, nadie más que tú.

Te sugiero un ejercicio

Pides protección a tu ángel de la guarda, haces la oración que más te agrade.

Te sientas cómodamente en una silla, con la espalda derecha (sin forzar) y ordenas a tus músculos que cedan de una sola vez, soltándose a la gravedad de la tierra.

Recorres en forma rápida tu estado de relajación de pies a cabeza.

Tomas la decisión de centrar tu atención en tres palabras y las repites, “siento la vida”

Luego llevas la atención a la glándula pineal y ordenas que ilumine tus hemisferios cerebrales.

Te visualizas iluminado, totalmente iluminado. Imaginas que das un salto al vacío, a una experiencia desconocida, nueva, deja que tu ángel de la guarda te acompañe. Te quedas por unos minutos con esta sensación.

Cierras el ejercicio con una respiración profunda, agradece a tu ángel de la guarda

Hasta la próxima semana. Paz y Bien

María Benetti Meiriño

Autora de libros y guía para meditación.

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El equilibrio

Equilibrio

Ya hemos hablado en estos artículos alguna vez del equilibrio. Pero muchas personas me siguen preguntando si es posible lograrlo, cómo conseguirlo.

Lo primero que tienes que entender es que desde el momento en que te haces la pregunta has empezado el camino para recuperarlo.

Solo cuando uno se da cuenta que no estás en su eje, es cuando comienzas la busca del centro.

Te recuerdo que el verdadero equilibrio está en el altar de Dios. Alcanzarlo es entrar en ese Altar divino.

¿Qué quiero decir con esto?

Que has de tener dominio de ti mismo. Has de ser una persona que sepa decidir libremente y sin apegos, viendo la realidad tal cual es, no tal cual te gustaría que fuera.

Al entrar en el Altar uno de los primeros síntomas es la paz. Sentirás paz, quietud en tu mente.

En ese mar de calma los pensamientos no te perturban

Los pensamientos pasan a ser tus mejores aliados porque ellos te guían por el camino, con claridad.

Claridad significa que andarás firme, decidida, sin miedo.

En el corazón resonarán palabras de aliento, escucharás un voz interior que te consuela, te anima, te alienta…, estás en el camino correcto, eres una persona con equilibrio.

Por el contrario cuando tus pensamientos son un torbellino de nubes, de idas y venidas, entra el miedo, te alejas del Altar de Dios y empiezan los miedos, las dudas, los desequilibrios.

Esfuérzate cada día para que tu mente esté limpia, con pensamientos positivos, claros, decididos, sube al Altar de Dios, no te canses de caminar hacia él.

Cuando llegues sentirás tal paz que nunca más querrás abandonar ese misterioso lugar de equilibrio.

Hasta la próxima semana.

Paz y Bien

María Benetti Meiriño

Autora de libros y guía para meditación.

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